Piensa que en el fútbol actual. El balón debe de circular con cierta potencia por la rapidez con que se mueven los jugadores, y debemos de «controlar» incluso entre contrarios.
No dominar el control nos creará más de un problema. Su dominio total se hace imprescindible en el fútbol actual.
Intenta comprender estos dos ejemplos:
Ejemplo 1:
Imagina que tiran unas llaves desde un quinto piso. Debes cogerlas con las manos antes de que caigan al suelo ¿Qué movimientos haces con las manos? Levantarlas e intentar acompañar a las llaves en su caída para que no choquen contra tus manos. Es decir, has intentado con las manos, igualar, casi, la velocidad de caída de las llaves, es decir, amortiguar.
Ejemplo 2:
Con el 2º ejemplo, te quedará todo, más claro.
¿Que sucede cuando un balón lo golpeas contra una pared? Sale rebotado. ¿Correcto?
¿Y cuando lo hace contra una red? No. ¿Por qué? Porque la red amortigua el golpe ¿Como? Cediendo.
Los profesionales fallan algunas veces en el control, a pesar de dominarlo, debido a la presión del partido.
¿Como se puede evitar, entonces, un mal control? Haciendo que el balón sea el que obligue al pié a ceder. Esto se consigue dejando «muerta» la pierna y el pie, es decir, sin tensión.
En balones aéreos y como solución de emergencia, evita que vaya al empeine y sí a los dedos, los cuales tendrás que dejarlos como muertos, es decir, sin tensión.
Practica este ejercicio:
El balón con la mano, échalo al aire (un poco más arriba de la cabeza) y con el pie contrario, intenta acompañarlo en la caída. La pierna debe estar flexionada y la puntera hacia ti. Cuando domines esa distancia, la doblas. En balones rasos o a media altura, practica cediendo tú y cediendo el balón (tu pié) ¡Cuidado! Parece fácil pero tiene su dificultad, por eso, cuando lo domines a la perfección, lo harás igual que Maradona, Ronaldinho y Nakata, en «videos». Todo es cuestión de mucha práctica, por eso se dice que, lo que no se entrena, no se juega.